DEFORMIDAD, MONSTRUOSIDAD...
La ascendente creadora valenciana Cristina Gómez estrena hoy en la Sala Carme Teatre, de Valencia, su nueva coreografía ‘Nana’ para ocho bailarinas. Te lo contamos…
Texto_REDACCIÓN
Madrid, 19 de enero de 2024
La abstracción del cuerpo, la extrañeza del ser, la ilusión del parecer… abstracta pero sugerente es Nana, la nueva creación de la ascendente coreógrafa manchega Cristina Gómez, anclada en Valencia desde 2010, que se estrena hoy (con funciones hasta el próximo domingo 21), en la Sala Carme Teatre, dentro de la séptima edición del ciclo Carme’n Dansa, que adelanta la conocida sala valenciana.
Cristina Gómez, que se hizo con los premios a Mejor Espectáculo de Danza, Dirección Coreográfica y Bailarina, en los Premios de las Artes Escénicas Valencianas en 2022 por el dueto Anhel, no tenía pensado estrenar una nueva producción hasta el año próximo, pero el encuentro con ocho bailarinas, que fueron sus alumnas en un taller de composición y repertorio en la Escuela de Eva Bertomeu, desviaron sus planes. Con ellas, y sobre la base de Anhel, empezaron a hacer exploraciones en los temas de la abstracción corporal y la deformidad, que son su objeto de investigación, que terminaron siendo el punto de partida de Nana, en la que por primera vez, ella se queda fuera del escenario.
Inicialmente tuvieron dos referentes: las fotografías de la serie Form & Function, de la fotógrafa Chloe Rosser y la inquietante propuesta de cuerpos desnudos con cabezas giradas de la creadora Matte Ingvartsen para su creación Manual Focus, vista hace un tiempo en el Mercat de les Flors, de Barcelona, que hizo una suerte de retrospectiva de la coreógrafa danesa. Más adelante, cuando ya el ejercicio didáctico trascendía esa naturaleza y tomaba forma de coreografía, entraron otras inspiraciones como Alicia en el país de las maravillas y, cómo no, los cuerpos esfumados y difuminados del pintor Francis Bacon.
La fragmentación del cuerpo, la monstruosidad y la deformación son ideas que dominan Nana, obra de vocación contemplativa creada muy en complicidad con el diseño de iluminación de Carlos Molina, que aparece aliado en la ilusión de deformidad que domina la representación. No tiene un tema concreto pero asegura Cristina Gómez que su nueva obra, como Anhel, es evocadora de “soledad, necesidad de abrigo, sororidad, aborto, maternidad y la decisión de no ser madre”.
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