Y ESTO... ¿DE QUÉ VA?
‘Va de Bach’, la nueva creación de Enrique Cabrera para Aracaladanza, su exitosa compañía madrileña de danza para público familiar, se estrena este fin de semana en el Real Teatro de Retiro. Nos lo ha contado…
Texto_OMAR KHAN Fotos_marcosGpunto
Madrid, 09 de abril de 2024
Más elocuente no podía ser su título, porque Va de Bach va de Bach. Y es que el coreógrafo argentino Enrique Cabrera, fundador y director en Madrid de Aracaladanza, la compañía de danza para público familiar más longeva de nuestro país, tiene debilidad confesa por otros artistas. En tiempos pretéritos triunfó con una trilogía dedicada a pintores superlativos. El Bosco, Magritte y Miró fueron respectivamente coreografiados. Más tarde se fijó en Da Vinci. Y tras un paréntesis con obras surgidas de la imaginación propia (Play, Loop…) pone ahora el oído en el genio del Barroco. No cuenta su vida, no es una recopilación de lo mejor de su música ni un concierto bailado. Tampoco el pretexto para ninguna historia…
Fue muy coherente al titularla Va de Bach, porque de Bach va su nueva coreografía para Aracaladanza que, en coproducción con el Teatro Real, se estrena este sábado 13 de abril en el madrileño Real Teatro de Retiro (Plaza de Daoiz y Velarde 4) con actuaciones adicionales los días 14, 20 y 21 de abril en función matinal doble cada vez, sin contar otro montón de funciones escolares. “No soy nada religioso pero Bach me ha llegado por la espiritualidad, desde siempre me ha interesado en lo personal”, nos comenta distendido el creador.
“Para un coreógrafo es una maravilla esa música, es pura matemática”, prosigue. “Ya la había usado, en Play teníamos un segmento, pero confieso que me daba temor aventurarme con una obra completa con esa música, así que me he apoyado mucho en Luis Miguel Cobo, compositor habitual de mi trabajo, que ha reconstruido e intervenido las piezas. Cada obra seleccionada ha sido trabajada con él y con Jorge Piccardo, un musicólogo amigo de Argentina que ha sido fundamental en el proceso, y le hemos dado una vuelta, de forma que nos ofreciera diferentes capas y posibilidades más allá de las que ya traían con Bach”.
Como es usual en los trabajos de Aracaladanza, se sucederá en Va de Bach una cascada de imágenes que se mueven bajo el influjo de esa música. Una mano gigante, unos pianos chiquititos, unas pelucas infinitas, tazas, cubiertos, globos… es ya seña de identidad de la casa esto de tener muchos objetos manipulados por su equipo de seis bailarines. “Nunca acudo a narrativas, no me gusta contar historias”, confiesa. “Me gusta construir dramaturgias visuales pero en este caso concreto me he guiado principalmente por la música, me he apoyado sobre todo en Bach. Tampoco quería que fuese lo más conocido aunque desde luego Variaciones Goldberg o Los conciertos de Brandemburgo están, pero me interesaba incluir también trabajos suyos que yo acababa de descubrir”.
Trabajo de equipo
Nos explica que muchos de los temas fueron seleccionados en función de las ideas que ya se había hecho. Después de todo, lleva tres años investigando y buceando en esta creación. “Yo sabía que iba a tener una mano gigante o que quería unas pelucas largas de papel, y se trataba de conseguir músicas que acompañaran a esas imágenes. Luego lo cerré todo con Cobo, que además me creó paisajes sonoros para las transiciones”. El resto de la magia lo pone un equipo creativo que es ya la familia Aracaladanza, artistas habituales como la figurinista Elisa Sanz, el diseñador de iluminación Pedro Yagüe, el vídeo creador Álvaro Luna…
“Siempre digo con mucho orgullo que si un espectáculo de Aracaladanza funciona, el mérito no es solo mío. Yo entiendo lo complicado que puede ser mi forma de trabajar, puedo parecer caótico porque no voy en orden, voy montando escenas sueltas y casi hasta el final no las ensamblo. Pero le tengo confianza a mi equipo”, asegura emocionado. “Mis bailarines, por ejemplo, son muy generosos y valientes, los meto en lugares difíciles, los pongo a manipular objetos mientras siguen el ritmo con el cuerpo, todo el tiempo les estoy pidiendo cosas que no son fáciles. Pero son mi equipo, los conozco desde hace mucho tiempo, y eso me facilita el trabajo, lo hace llevadero y placentero, y aunque siempre hay nervios, no me dejan entrar en esos estados de crisis, desesperación e inseguridad, porque yo sé que voy respaldado por un equipo que va a resolverlo”.
Todo suena bien y coherente, se da por descontado que los chavales van a conectar con esta propuesta tan lúdica y visual, pero insistimos, porque hasta este momento, Enrique Cabrera sigue sin desvelarnos exactamente qué es lo que nos va a contar, transmitir y enseñar en éste, su nuevo trabajo.
“Va de Bach”, nos dice sonriente y se marcha…
